La protección del cultivo de maíz

Gracias a un patrimonio genético diversificado y a una selección varietal continua, se reconoce al maíz como un cereal poco sensible a las enfermedades y los fitoparásitos. Sin embargo, es necesario implementar algunas medidas profilácticas para prevenir los daños y poder recurrir a medios de lucha eficaces cuando sea necesario.

Gestión de residuos

¿Cuáles son las principales enfermedades del maíz?
1. Un grupo de hongos fitófagos (pythium, fusarium, rhizoctonia) pueden inducir necrosis radiculares. Estas se pueden tratar localmente tras la observación de los síntomas.
2. Helmintosporiosis Provocada también por un hongo fitófago, los daños que produce pueden acarrear una pérdida de productividad de grano del 20 al 50 %.
3. Ántrax común y ántrax de la inflorescencia. Estas enfermedades rara vez son dañinas.
4. Oxidación, antracnosis, kabatielosis. Se las clasifica como enfermedades del follaje y también son poco dañinas.

Estas enfermedades, además perjuicios en materia de productividad, también pueden comprometer la calidad del forraje. Estos hongos pueden producir, efectivamente, micotoxinas durante el cultivo o desarrollarlas en el silo del maíz para forraje. En caso de contaminación importante, pueden provocar consecuencias importantes en la calidad de la leche, así como en la reproducción y la salud de los animales de cría.

Para anticiparse y luchar eficazmente contra este grupo de enfermedades, es fundamental observar bien las parcelas para poder medir los riesgos e intervenir con antelación. La gestión de los residuos de la cosecha es un aspecto muy importante de la profilaxis. Estos residuos de cultivo constituyen un lugar propicio al desarrollo de dichos hongos. Por lo tanto, puede ser recomendable recurrir a un trabajo del suelo específico. Evidentemente, la elección de la variedad también puede ser otro elemento impulsor. Se aconseja elegir variedades tolerantes y niveles de precocidad que puedan evitar los periodos de exposición a algunas de esas enfermedades.

fumigación del cultivo de maíz 723x484 | Seeds for Future

 

Biocontrol

Los pájaros, como por ejemplo los córvidos, son muy temidos por los agricultores desde la siembra hasta el estadio de 6 a 7 hojas. Cuando el número de individuos es muy importante, los destrozos pueden ser considerables. Se puede recurrir a semillas protegidas con un agente repulsivo. Es importante aplazar las siembras entre las parcelas para no dejar que los cuervos se deleiten de las parcelas una tras otra.

Insectos taladradores, polillas, sesamias, saltapericos, nematodos conforman un grupo de insectos que pueden ocasionar destrozos con una intensidad que dependerá de las zonas geográficas y las condiciones agronómicas y pedoclimáticas.

Al igual que las enfermedades de los cultivos, es vital anticiparse con una observación rigurosa de las parcelas para identificar a los insectos y entender los riesgos. También es importante gestionar bien los periodos entre cultivos para implementar métodos profilácticos adaptados, como enterrar los residuos de cultivo o labrar el suelo.

Si es imprescindible, se pueden aplicar insecticidas durante el ciclo de cultivo. Los tratamientos de las semillas también son elementos impulsores ineludibles para una protección específica y eficaz.

Recurrir a soluciones de biocontrol también es otra arma con la que cuentan los productores. Desde hace varias décadas, también se ha probado el valor de la aplicación de trichogrammas. Los trichogrammas son «microavispas» que tienen la particularidad de poner en los huevos de la polilla. Este método de lucha biológica ya está muy extendido entre los productores. El desarrollo de nuevas herramientas de instalación (drones, emparejadores, etc.) permite una gran flexibilidad de uso y ahorrar tiempo para la instalación en las parcelas.

fumigación cultivo de cereales | Seeds for Future

Estrategias de eliminación de la maleza en los cultivos de maíz

Tanto a escala de la parcela como de la explotación agrícola, la gestión de las malas hierbas permite limitar también el impacto de los fitoparásitos y otras enfermedades. Debe tenerse en cuenta que el maíz es especialmente sensible a la competencia con otros vegetales. Su distancia entre hileras favorece, de hecho, la aparición de esas malas hierbas, en particular al principio del ciclo (en los estadios de entre 3 y 10 hojas). A continuación, cuando las plantas de maíz están bien desarrolladas, ya no dejan pasar la luz y, por lo tanto, las malas hierbas se desarrollan menos.

Las distintas estrategias de eliminación de la maleza deben ir orientadas a las plantas anuales o perennes, a las gramíneas y a las dicotiledóneas. Es posible intervenir con soluciones radiculares antes de las siembras cuando los granos de las malas hierbas están en germinación. Entre la siembra y el brote del maíz (postbrote precoz) se deben priorizar las soluciones no radiculares. Tras el brote, se deberá recurrir a soluciones foliares no selectivas del maíz o recurrir a la eliminación mecánica de la maleza.

El recurso a la eliminación mecánica de la maleza es una solución complementaria para los productores, facilitada por el distanciamiento de las hileras de maíz. Se puede prever con herramientas como la binadora, la grada de dientes flexibles o incluso la azada rotativa antes del brote del cultivo o en el postbrote. Sin embargo, La eliminación mecánica de la maleza está poco indicada para la lucha contra las malas hierbas perennes porque tiene tendencia a seccionar los rizomas sin eliminarlos.

El objetivo es adoptar una estrategia combinada. Las soluciones químicas o mecánicas no son sustitutivas unas de otras, sino que se complementan.

faces de crecimiento del maíz | Seeds for Future

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