La genética en el cultivo del maíz

Europa es el principal productor mundial de semillas de maíz. Debe ese liderazgo a la diversidad y a la riqueza de sus tierras, al dinamismo de la investigación europea y a su sistema de certificación, el más exigente del mundo.Tantos saber-hacer conocidos y reconocidos que contribuyen a la creación de valor para las empresas y productores.

Contexto pedoclimático

Desde principios de los años 50, el trabajo del INRA –el instituto de investigación agronómica francés que vela por el desarrollo coherente y sostenible de la agricultura, la alimentación y el medio ambiente– ha permitido ofrecer variedades híbridas muy productivas y adaptadas a los distintos contextos pedoclimáticos europeos.

Europa goza de una gran calidad y diversidad de tierras y está sometida a la influencia de tres tipos de climas: el continental, el atlántico y el mediterráneo. Gracias a esa diversidad, la producción europea está garantizada frente a los incertidumbres climáticas y se pueden proveer variedades que cubren necesidades específicas de cada aplicación.

cultivo de maíz 723x406 | Seeds for Future

 

Investigación innovadora

La investigación y el desarrollo en torno al progreso genético son muy dinámicos. El cultivo del maíz en todo el planeta reviste, efectivamente, una importancia económica considerable. Además, la diversidad de su germoplasma ofrece un gran potencial para los seleccionadores.

La importancia económica a escala mundial del cultivo del maíz y de la diversidad de su germoplasma.

Cada año, pues, las empresas semilleras dedican alrededor de un 13 % de su volumen de negocio a la investigación y el desarrollo. Gracias a dichas inversiones, el sector garantiza la renovación varietal y hace frente al a la competitividad y al incremento de la segmentación del mercado. Estas particularidades, además de la gran fiabilidad que aportan sus tierras y su organización, seducen a los grandes obtentores.

El primer paso de la selección consiste en crear líneas puras y estables. Estas serán las futuras líneas parentales de la variedad híbrida. El seleccionador trabaja con varias generaciones concentrándose en la selección de las líneas que presentan los rasgos más interesantes.

En una segunda etapa, el seleccionador cruza sus líneas parentales para obtener híbridos que presentan el efecto heterosis (o vigor híbrido). Dicho efecto heterosis se traduce en un incremento del rendimiento con respecto a los dos padres gracias a la combinación de sus rasgos de interés. Esos híbridos experimentales se probarán en distintas condiciones pedoclimáticas. Solo se conservarán los más eficientes.

Los agricultores-reproductores ya pueden iniciar, pues, la producción de semillas híbridas.

chequeo del cultivo de maíz en el campo | Seeds for Future

Progreso genético

La excelencia y la exigencia a través del sistema de certificación garantizan una capacidad germinativa óptima, una pureza varietal irrefutable y una trazabilidad optimizada desde la comercialización hasta las parcelas de reproducción.

Gracias al descubrimiento de la hibridación y a la posterior comercialización de las semillas híbridas a partir de los años 50, en Europa se ha podido constatar una progresión espectacular y constante de la productividad. Cada año, por lo tanto, la llegada de nuevas variedades permite un incremento medio y regular de 1,2 q/ha.

Los seleccionadores trabajan también desde hace tiempo en la mejora de la tolerancia al estrés hídrico, en particular en el momento de la floración, una fase especialmente sensible y decisiva para el desarrollo de la productividad.

La precocidad y el vigor al principio del ciclo condicionan también el rendimiento del cultivo. La selección ha permitido hacer más precoces los linajes y extender el cultivo del maíz a regiones más frías del norte de Europa.

La tolerancia a las enfermedades y a los fitoparásitos es un elemento clave del rendimiento agronómico y medioambiental del cultivo del maíz. Si bien la productividad y la calidad de los granos o del forraje son criterios cruciales para los productores, el estado sanitario de los cultivos también condiciona el rendimiento económico de la explotación.

Por su gran tamaño, el maíz es especialmente sensible al encamado. Los seleccionadores, por consiguiente, también tienen en cuenta este criterio.

«Para nuestras evaluaciones, prestamos especial atención a la sensibilidad de las variedades al encamado. Es un criterio importante para el registro de nuevas variedades en el catálogo», corrobora Valérie Uyttewaal, responsable de estudios DHS y VATE del grupo de estudio francés GEVES.

cultivo de mazorca de maíz | Seeds for Future

Certificación exigente

Por si no lo sabía, la certificación de las semillas destinadas a la comercialización es obligatoria en la Unión Europea. Tiene como objetivo garantizar la identidad varietal, la pureza específica, la capacidad germinativa y la calidad sanitaria.

Antes de registrarse, una variedad debe evaluarse según los criterios DHS (distinción, homogeneidad, estabilidad) y VATE (valor agronómico, tecnológico y medioambiental). Para poderla proponer para su registro, la nueva variedad debe poseer suficientes cualidades agronómicas, técnicas y medioambientales.

Los estudios de DHS garantizan que la variedad se distinga de las variedades ya conocidas y que sea homogénea y estable, es decir, que conserve sus características fenotípicas de una generación a otra. Estos estudios se llevan a cabo con protocolos armonizados para toda Europa.

«En 2020, hemos modificado las reglas de registro de las variedades de maíz con el fin de asumir un objetivo de progreso constante basado en el progreso genético de los últimos 10 años», comenta Valérie Uyttewaal, responsable de estudios DHS y VATE del GEVES.

 

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