Variedades de maíz
Independientemente de las regiones donde se cultiva el maíz, la elección de la variedad es elemento clave para el rendimiento del cultivo.
Una elección estratégica
Para los agricultores, ya sean estos polacos, rumanos, franceses o alemanes, los criterios comunes que guían la elección de los productores son el potencial de productividad, la estabilidad del rendimiento y la tolerancia al estrés hídrico en el contexto pedoclimático local.
En la actualidad, la genética de las variedades permite cultivar híbridos productivos y fuertes a la vez que presentan cada vez mayor tolerancia al estrés hídrico.
Los agricultores también buscan el vigor al principio del ciclo (cierta tolerancia al frío) y al final del ciclo (buena fortaleza del tallo y velocidad de secado). Dichos criterios, en su conjunto, son garantía de un cultivo más productivo en el plazo de tiempo más corto.
Definir la precocidad
Las variedades se clasifican por grupo de precocidad. Es decir, de muy precoces a muy tardías (7 grupos) en el caso del maíz para grano y de muy precoces a semitardías (4 grupos) en el caso de las variedades de maíz para ensilado. Dicha precocidad se deriva de las fluctuaciones de las fechas de floración y del contenido de agua del grano o de materia seca de toda la planta. Condicionará, por consiguiente, la duración del ciclo y la velocidad de deshidratación del grano. La duración del ciclo se define como el periodo de desarrollo de la productividad entre la siembra y la madurez fisiológica. Dicha madurez fisiológica corresponde a una humedad de entre el 30 y el 32 % en el caso del maíz para grano, o bien a un 32 o 33 % de materia seca en el caso del maíz para forraje. En resumen, una variedad más tardía corresponde a una variedad con un ciclo más largo. Por lo tanto, esta necesitará más tiempo para alcanzar la madurez fisiológica.
En el caso del maíz para grano, las variedades más tardías aportan un beneficio en cuanto a productividad siempre que las condiciones meteorológicas (agua y temperatura) permitan un buen desarrollo del ciclo del cultivo. En situaciones más restrictivas, la elección de una variedad más precoz permitirá que la planta manifieste mejor su potencial.
En el caso del maíz para forraje, el nivel de precocidad condicionará la fecha de cosecha y el aprovechamiento por parte del rebaño, así como la calidad del forraje. Una variedad demasiado precoz puede suponer una baja biomasa de toda la planta en comparación con una variedad más tardía.
Cualidad mecánica
Los agricultores también exigen variedades con buenas cualidades «mecánicas». Por cualidad mecánica se entiende la resistencia de la variedad al encamado precoz (denominado vegetativo) o tardío.
Se trata de características que permiten esperar condiciones de cosecha óptimas. La mejora de la resistencia al encamado también permite sembrar con densidades superiores, con lo que se garantiza la productividad del cultivo.
En resumen
Deben tenerse en cuenta varios factores para elegir bien la variedad. El criterio de precocidad en función de la zona climática, la regularidad del rendimiento en el tiempo y la tolerancia al estrés biótico y abiótico en función de la región de producción.
En Europa, se reproducen aproximadamente no menos de 2000 variedades y cada año se incorporan nuevas variedades al catálogo. El conjunto de estos recursos constituye una gama exhaustiva de variedades adaptadas a los distintos climas, según el tipo de maíz cultivado y en función de sus aplicaciones.
Criterios que cabe recordar:
1. Potencial de productividad
2. Regularidad del rendimiento y tolerancia al estrés hídrico
3. Precocidad fisiológica y cualidades que contribuyen a esta: vigor al principio del ciclo y velocidad de secado al final del ciclo.
4. Fortaleza del tallo y resistencia a los encamados
5. Tolerancia a las enfermedades
6. Porte y tamaño de la planta