El maíz, un alimento en la dieta humana

Desde la noche de los tiempos, el maíz es parte integrante de la alimentación humana. Y es el caso de numerosos países del hemisferio sur y América Central.

Maíz dulce y palomitas

En Europa básicamente son el maíz dulce y el maíz para palomitas los que se utilizan específicamente para la alimentación humana. Las industrias del almidón y la sémola, sin embargo, aprecian también el maíz y sus componentes, muy útiles para la composición de gran cantidad de productos alimentarios.

El maíz dulce se considera una legumbre y principalmente se comercializa en lata o en panocha. Se trata de variedades de maíz distintas de las variedades cultivadas tradicionalmente para alimentación animal. Se cosecha antes de madurar, en el estadio lechoso, antes de que los granos no maduren demasiado y se carguen de almidón.

Si bien en la cultura europea no está tan extendido el consumo de palomitas como en la estadounidense, se trata de una producción que va en aumento. En ese caso, se trata también de variedades específicas denominadas variedades de maíz reventón.

cereales de maíz con fresas y leche  | Seeds for Future

Otros usos del maíz

Algo que no es muy sabido es que el maíz forma parte de la composición de un número elevadísimo de productos alimentarios de gran consumo.

En ese caso, se buscan las propiedades estructuradoras y gelificantes del almidón. El sector se organiza en torno a la industria del almidón que extrae el almidón para utilizarlo como aglutinante, gelificante, edulcorante, anticristalizante, humectante, colorante o acidificante. Así pues, alrededor de 400 productos alimentarios incluyen almidón de maíz en su composición (sopas, helados, postres, etc.).

No podemos acabar sin mencionar también la industria de la sémola. Efectivamente, el maíz tiene muchas aplicaciones y también se utiliza para fabricar copos de cereales de desayuno gracias a los hominies (fragmentos de granos de maíz). Los grits (preparación de maíz molido grueso) también se utiliza para la fabricación de la cerveza como complemento de la malta, para favorecer la fermentación. Tampoco debemos olvidar la sémola de maíz, que forma parte de la composición de las galletas saladas.

Por último, por su riqueza en almidón, y por lo tanto en azúcares, el maíz también se utiliza para la fabricación de alcohol (ginebra, whisky, bourbon, etc.) para consumo humano.

El aceite de semilla de maíz también es apreciado para su uso en alimentación humana. Su gran contenido en ácidos grasos esenciales le confiere una excelente calidad dietética.

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