Transformaciones industriales del maíz
Además de en la alimentación humana y animal, el maíz y su almidón se utilizan en muchos procesos industriales, entre los que destacan la producción de bioetanol y metano.
Bioetanol
El almidón contenido en los granos de maíz puede fermentarse y transformarse en alcohol. Una vez concentrado y deshidratado, se transforma en bioetanol y se utiliza en el sector del transporte.
El bioetanol se incorpora a los combustibles tradicionales de origen fósil. Se añade a las gasolinas SP95 y SP98, SP 95-E10 y al superetanol E85. El porcentaje que se incorpora viene definido por directivas de ámbito europeo.
El bioetanol es el combustible más utilizado en el mundo. En 2017, Estados Unidos produjo un 59 % de la producción mundial, Brasil un 25 % y la Unión Europea un 5 %. Francia es el primer país productor europeo.
La producción de bioetanol permite limitar nuestra dependencia respecto de las energías fósiles, así como disminuir las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) y de partículas.
Biogás
En Europa, el maíz también está bien valorado para la producción de biogás gracias a la metanización. Alemania es, con ventaja, el primer productor de biogás con más de 9000 metanizadores.
En Francia, en enero de 2020, la producción seguía creciendo con unas 700 unidades de metanización activas y más de 1000 proyectos en curso.
El biogás permite producir calor y electricidad. El maíz para forraje es el principal cultivo energético que se utiliza en Europa para su producción. Por una parte, porque la especie es muy metanógena y, por otra, porque el maíz ofrece una gran productividad de materia seca por hectárea.
Almacenado en modalidad de ensilado, también permite garantizar el abastecimiento del metanizador durante todo el año.
Productos industriales con base al maíz
El maíz y sus compuestos forman parte de la composición de muchos productos destinados a la alimentación humana.
También se eligen, sin embargo, para otros usos, en particular en el ámbito de la cosmética y la farmacia, así como en el sector de los materiales de construcción, la industria textil o la papelería.
En la actualidad, está muy extendida la adopción del maíz y sus derivados para fabricar agromateriales, es decir, productos industriales de origen vegetal. Por eso, es una materia prima muy utilizada para el diseño de un gran abanico de productos industriales a fin de limitar nuestra dependencia respecto de las materias primas de origen fósil.
