Control biológico de la polilla del maíz
El control biológico en la protección de las plantas es una muy buena respuesta a los desafíos del Pacto Verde Europeo, que propone una reducción del uso de productos fitosanitarios químicos en la Unión Europea.
El maíz es un buen ejemplo de control biológico que se está desarrollando muy bien a nivel de protección de este cultivo.
Puede adoptar diversas formas y utilizarse para combatir enfermedades y plagas.
El uso de himenópteros del género Trichogramma es el método de control biológico que se utiliza cada vez más en el maíz.
Los trichogramma parasitan los huevos de ciertos insectos, especialmente los pertenecientes a los lepidópteros.
Los himenópteros buscan huevos de insectos en los campos de maíz, especialmente los huevos de la polilla de maíz, que es la plaga más temida en la Unión Europea.
Las hembras de los himenópteros localizan los huevos de la plaga y ponen sus huevos directamente en ellos.
Unos días después, sus larvas se desarrollan matando los huevos de su huésped. Los huevos cambian de color de blanco a negro.
Las larvas se desarrollan en el interior, maduran y desarrollan una crisálida, dando lugar a una nueva generación de himenópteros que vuelan a los campos de maíz y buscan de nuevo los huevos de polillas u otras plagas.
La polilla es una plaga muy peligrosa del maíz que ataca todas las partes aéreas de la planta, especialmente las mazorcas y los tallos.
Al ser una plaga con consecuencias económicas, es especialmente importante controlarla.
El control biológico mediante diferentes especies de himenópteros del género Trichogramma permite reducir su población y limitar su nocividad.
Cabe recordar que la utilización de productos de biocontrol que contienen Trichogramma, que permite evitar o eventualmente limitar la aplicación de productos fitosanitarios químicos, es una respuesta perfecta a los desafíos del Pacto Verde Europeo.
Se han desarrollado productos de biocontrol que contienen Trichogramma en forma de difusores adheridos a las hojas, gránulos aplicados al suelo o polvos aplicados por vía aérea.
Cada agricultor es libre de elegir la forma que mejor se adapte a la superficie de maíz que tiene a su disposición.